| 
                   ENRIQUE KEMPFF MERCADO 
                  ( Bolívia ) 
                  SANTA  CRUZ, 1920. 
                  Fecha de nacimiento: Feb 11, 1920 
                  Lugar de nacimiento: Santa Cruz de la Sierra 
                  Edad: 88 años 
                  Fecha de defunción: May 21, 2008 
                  Profesión: Escritor, Intelectual 
                  Enrique Kempff Mercado, nació en Santa Cruz de la Sierra,  en febrero del 1920.  Hijo de Francisco  Kempff (médico alemán) y la cruceña Luisa Mercado.  Procedía de una familia de intelectuales  destacados en nuestro medio. 
                  Intelectual, autor brillante, original caracterizado por  el tono intimista y evocación melancólica, representante de la literatura  boliviana del siglo XX. 
                  Es autor de poemas, versos, cuentos; además fue prosista.  Entre algunas de sus obras de su creación citamos: "Otoño intenso", "Pequeña  hermana muerte", "Los años cansados", "Las calles del tiempo", una novela  titulada "Gente de Santa Cruz", entre otras. 
                  El Intelectual y escritor cruceño Enrique Kempff Mercadó  falleció en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, el 21 de mayo de 2008, a la  edad de 88 años. 
                  Fonte  da biografía: 
                    https://www.historia.com.bo/biografia/enrique-kempff-mercado 
                    
                  TEXTO  EN ESPAÑOL – TEXTO EM PORTUGUÊS 
                    
                  
                  BEDREGAL, Yolanda.  Antología de la poesia boliviana. La Paz: Editorial Los Amigos del Libro, 1977.  627 p.   13,5x19 cm.   
                    Ex. bibl. Antonio Miranda 
                    
                  INFANCIA 
                     
                    Mi niñez estará siempre esperándome 
                      sobre el tibio refugio de un regazo 
                      que huele a madre, a nido, a madrugada, 
                      en la tierra del sol y los naranjos. 
   
                      Estaré siempre niño y tú, mi asilo, 
                      desde el retiro eglógico del patio, 
                      me enseñarás la loca golondrina 
                      que construyó su nido en el tejado. 
   
                      Aunque el tiempo de entonces está lejos, 
                      me tomarás como antes, de la mano: 
  "El viejo Blas plantaba un arbolito." 
                      empezarás el infantil relato. 
   
                      Estará mi niñez como esperándome 
                      tras la íntimas puertas de mi cuarto, 
                      en el cuento del ogro de las selvas 
                      o escondida, burlona, en un armario. 
   
                      Iremos a comer tranquilamente. 
                      La piadosa ternura de tus manos 
                      derramará sus magas bendiciones 
                      ungiendo los cubiertos y los platos. 
   
                      Guardaremos silencio: cada uno 
                      en el viejo lugar acostumbrado. 
                      Con el aire reilón del mediodía 
                      cantará la cigarra del milagro. 
   
                      El antiguo reloj del comedor 
                      ¿estará siempre, madre, tan cansado? 
                      ¡Sé que abrirá las cárceles del tiempo 
                      ese viejo reloj que hace daño! 
   
                      En cada esquina miraré mi infancia 
                      repetida en la tierra y en los pájaros. 
                      Brillarán en el cielo las cabrillas 
                      como un manojo trémulo de nardos. 
   
                      El sueño llegará bajo mi almohada 
                      y harás que rece uniéndome las manos 
                      como antaño ¿te acuerdas? y termine: 
  "Yo te ofrezco, Señor, lo que he rezado…" 
   
                      Soñaré en mi niñez, que está conmigo 
                      sobre el tibio refugio de un regazo 
                      que huele a madre, a nido, a madrugada, 
                      en la tierra del sol y los naranjos. 
                     
                    
                  TEXTO EM PORTUGUÊS 
                    Tradução de ANTONIO MIRANDA  
                    
                  INFÂNCIA 
                     
                      Minha  infância estará sempre esperando-me 
                        sobre o caloroso refúgio de um regaço 
                        que cheira a mãe, a ninho, a madrugada, 
                        na terra do sol das laranjas. 
   
                        Estarei sempre menino e tu, meu asilo, 
                        desde o retiro eglógico do pátio, 
                        me ensinarás a louca andorinha 
                        que construiu seu ninho no telhado. 
   
                        Embora o tempo de então esteja longe, 
                        me tomarás como antes, pela mão: 
  "O velho Blas plantava uma arvorezinha." 
                        iniciarás o infantil relato. 
   
                        Estará minha infância como esperando-me 
                        detrás das íntimas portas de meu quarto, 
                        no conto do ogro das selvas 
                        ou escondida, burlona, no armário. 
   
                        Iremos comer tranquilamente. 
                          La  piedosa ternura de tuas mãos 
                            derramará suas magnas bendições 
                            na unção dos talheres e dos pratos. 
   
                            Guardaremos silêncio: cada um 
                            no antigo lugar de costume. 
                            Com o ar reilón doo meio dia 
                            cantará a cigarra do milagre. 
   
                            El antigo relógio da sala de jantar 
                            estará siempre, mãe, tão cansado? 
                            Os cárceres do tempo vão abrir 
                            esse velho relógio que causa dano! 
   
                            Em cada esquina olharei minha infância 
                            repetida na terra e nos pássaros. 
                            Brillarão no céu os badejos 
                            como um bando trêmulo de nardos. 
   
                            O sonho chegará sob minha almofada 
                            e farás que reze juntando minhas mãos 
                            como antanho ¿te lembras? e termine: 
  "Eu te ofereço, Senhor, o que eu rezei…" 
   
                            Sonharei com minha infância, que está comigo 
                            sobre o morno refúgio de um regaço 
                            que cheira a mãe, a ninho, a madrugada, 
                            na terra do sol e das laranjas. 
                           
                    
                  * 
                     
                    VEJA e LEIA outros poetas da BOLÍVIA em nosso Portal: 
   
                  http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/bolivia/bolivia.html  
                     
                  Página  publicada em julho de 2022  
                
  |